Vivir con fibroniebla

Cada día olvido más cosas, y no son los olvidos normales como donde he dejado las llaves o si he apagado alguna luz que también, son olvidos de cosas más importantes y señaladas que no es tan normal olvidar. Me olvido citas con el médico, voy al supermercado a por algo expresamente y cuando estoy allí soy totalmente incapaz de recordar a por que fui, olvido aniversarios familiares importantes algo que nunca antes me ocurrió …

Desde que padezco fibromialgia es como si hubiese información que desaparece de mi cabeza sin haber estado nunca ahí, no son los típicos olvidos que parando un segundo y haciendo un esfuerzo mental vuelven a su sitio, es información que desaparece del todo de mi mente lo que me hace sentir que no puedo confiar en mi mismo para afrontar mis responsabilidades diarias.

Además, la gente nota cuando no recuerdo el nombre de alguien a quién me acaban de presentar o pagando en el supermercado me es imposible recordar el pin de la tarjeta de crédito. He llegado a ir a recoger al colegio a mi hija y una vez allí ser incapaz de recordar en que clase está o el nombre de su profesora.

No puedo ocultar ni disimular estas dificultades y a la carga del olvido en si se suma la vergüenza de que los demás te miren con lástima o preocupación.

Antes de empezar a notar los síntomas de la fibromialgia yo era una persona muy organizada y con una memoria fantástica, nunca necesité notas o listas para llevar anotado todo. Trabajaba dirigiendo un departamento de una gran empresa con muchas personas bajo mi responsabilidad, manejando enormes cantidades de datos, contactos, citas, etc. y jamás olvidé una cita, un nombre, recordaba de memoria decenas de números de teléfono …

La fibroniebla comenzó lentamente, un día olvidaba una cita, otro día olvidaba el nombre de la maestra de mi hija o en que clase estaba. En principio se lo achaqué al estrés, la fatiga, los episodios de dolor cada vez más fuertes y prolongados, incluso a mi edad. Pero la fibroniebla ha ido a más, hasta el punto de cruzarme con algún conocido por la calle y no tener ni idea de quién era u olvidar su nombre o comenzar a leer un libro y al día siguiente tener que volver a empezarlo desde el principio porque no recordaba nada, yo que antes leía muchísimo. La verdad es que empecé a preocuparme, tenía mucho miedo de lo que me estaba pasando y cada vez me preocupaba y me sentía más agobiado por estos olvidos. Evitaba hacerme cargo de ninguna responsabilidad por pequeña que fuese para evitar la frustración de equivocarme u olvidarme y temía muy seriamente por lo que pudiese estar sucediendo dentro de mi cabeza y en como podían terminar todas estas pérdidas de memoria.

Un día hablando con mi médico le conté lo que me pasaba y la gran preocupación que me estaba oprimiendo. El me explicó que la fibroniebla es un síntoma muy común en los pacientes de fibromialgia y que por lo general, si no hay otra patología enmascarada, es leve y no tiene porque ir a más.

Claro, eso es el punto de vista médico, desde mi punto de vista que lo padezco si es un síntoma preocupante y que dificulta mucho mi vida normal y mis tareas. La palabra fibroniebla parece describir algo leve e inofensivo, pero cuando la padeces es muy estresante sentirse confuso, perdido y con mucho miedo por no saber que está ocurriendo en tu cabeza.

La fibroniebla ha cambiado radicalmente mi vida. Tengo que llevar una libreta con anotaciones de citas, sitios, tareas, compras, etcétera siempre conmigo y la compruebo varias veces al día con preocupación por si olvido algo cosa que pasa con frecuencia.

A veces me cuesta incluso organizar mis pensamientos y coordinarlos con lo que quiero decir, no encuentro las palabras o a veces las cambio de orden en la frase o mi forma de hablar es torpe. Esto me hace estar más retraído y evitar el contacto con otras personas para no sentirme ridículo.

El único consuelo que siento ahora mismo es que la fibroniebla no está siempre presente y cuando desaparece me siento bien al notar que mi cabeza está en su sitio y que puedo ir al supermercado a comprar con confianza y sin tener que llevar anotado el pin de la tarjeta, salgo con más seguridad a la calle reconociendo a las personas que se cruzan conmigo, les saludo y mantengo una conversación coherente con ellos y además puedo escribir estas líneas para expresar como me siento cuando la fibroniebla se adueña de mi cabeza.

Vivir con fibromialgia nos cambia radicalmente la vida, es mucho más que vivir con dolor, fatiga, calambres, etc. además hay otros síntomas ocultos como la confusión mental o los problemas de memoria que nos hacen mucho más difícil nuestro día a día.

Mi consejo es que ante cualquier nuevo síntoma consulte a su médico, el mejor que nadie sabrá que pruebas hay que hacer para descartar otras patologías y que tratamiento o terapia es la que mejores resultados le va a proporcionar y sobre todo sepan que somos muchas personas las que sufrimos lo mismo y pasamos por las mismas dificultades y que estamos aquí para ayudarnos y apoyarnos los unos a los otros.