Esta es la gran pregunta ¿HAY TRATAMIENTO PARA LA FIBROMIALGIA?
No hay una forma de curar esta enfermedad sino que el tratamiento de la fibromialgia debe personalizarse y abarca pautas de dieta, ejercicio, apoyo psicológico y fármacos para aliviar los síntomas. Así, es posible que un equipo de diferentes especialistas participe en planificar y revisar el tratamiento.
Te informarán, a ti y a tus familiares de los detalles sobre la fibromialgia y lo que implica vivir con ella.
Te recomendarán una dieta variada y equilibrada que te proteja del desgaste celular y de acumular toxinas.
Una dieta equilibrada protege del desgaste celular y de acumular toxinas que causan dolor
Te conviene comer fruta y verdura frescas (granada, frutos rojos, naranja, piña, manzana para obtener vitaminas y fibra; verduras de hoja verde que te aporten minerales como calcio, hierro, magnesio y potasio; aceite de oliva virgen, pescado azul y nueces, que son grasas “buenas”; y una onza diaria de chocolate negro, porque contiene triptófano, que alivia el dolor y reduce el estrés.
Evita los aditivos y las toxinas. Procura no freír ni comer productos procesados. Lava bien los alimentos y, si puedes, opta por los ecológicos.
Haz ejercicio físico suave: camina, baila o haz aeróbico de bajo impacto (también en el agua, que debe estar a más de 28º). Lo ideal son 30 minutos al día en bloques de 10 minutos, de 3 a 5 días por semana, pero si tienes fibromialgia severa es suficiente con hacer 5 o 10 minutos diarios, haz lo que puedas, sin sentirte culpable, mejor ir poco a poco que forzar el cuerpo y pagarlo con un brote intenso.
Practica actividad física respetando el ritmo de tu cuerpo
El yoga, el taichí o pilates (sin forzar los brazos ni estirar por mucho tiempo) 2 días por semana te ayudan a cuidar la postura y el equilibrio, y a relajar la mente.
La terapia psicológica es un recurso para saber afrontar el dolor y su impacto en la vida diaria.
Los fármacos que te pueden recetar actúan puntualmente sobre los síntomas. Son antidepresivos para mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad, y anticonvulsivantes para rebajar el dolor.
Para el Dr. Joaquim Fernández-Solà es recomendable aceptar y adaptarse a la enfermedad, y respetar el ritmo del cuerpo: “La enfermedad está ahí, pero no es degenerativa. Aprovecha las fases buenas y aprende a vivir con la fibromialgia."