Alimentación real para un embarazo saludable

Cada día estamos viendo como más mujeres tienen más dificultad para quedar embarazadas y no solo eso, hay más complicaciones durante el embarazo, más riesgo durante el parto ... 

Miremos atrás, no mucho, tan solo unas décadas para ver que nuestras abuelas tenían 5, 6, 7, 8, 10 y más hijos, la mayoría de ellas parían en casa sin un médico presente ni un hospital completamente equipado a menos de 15 minutos de casa. Si seguimos mirando atrás los hospitales eran cada vez menos y al médico se le llamaba cuando era realmente necesario, un parto era un “proceso NATURAL” que muchísimas mujeres pasaban casi “sin despeinarse” , de cuclillas, ayudadas por otras mujeres, buscando la postura más cómoda para dar a la luz. 

¿Que ha cambiado?

Han cambiado muchísimas cosas (obviamente), nuevos modos de vida, nuevas necesidades, nuevas tecnologías, estrés, contaminación, incorporación de la mujer al mercado laboral (90% de las veces sumando trabajo remunerado con trabajo en casa) y … la alimentación.

Nuestra dieta ha cambiado de un modo radical, nuevos alimentos, formas de cocinar, frutas y productos de países lejanos que nuestros ancestros solo conocían si viajaban a los países de origen, e infinidad de productos procesados. Se crían animales a base de piensos compuestos por restos de animales y otros productos que antes jamás habían comido, vacas comiendo piensos a base de harina de pescado, algas, otros animales... ¿¡¡?

Animales enjaulados/encerrados, sin moverse, con infinidad de vacunas y antibióticos para evitar infecciones y enfermedades por el hacinamiento y la falta de vida en el exterior…

Verduras y frutas cultivadas en tiempo récord y cosechadas mucho antes de su maduración natural para meterlas en un contenedor en el que madurarán a base de añadir ciertos gases y enviarlas a un puerto o aeropuerto a miles de kilómetros desde donde aún viajarán otros cientos de kilómetros más para llegar a los estantes de las tiendas con tiempo de vida para aguantar a la venta una semana o más.

Hemos perdido nuestra sabiduría ancestral sobre la nutrición humana óptima y el control sobre nuestra alimentación.

Debemos retomar el control sobre los alimentos que tomamos y comer de una forma ética, sostenible y saludable durante toda nuestra vida, pero especialmente durante un periodo tan sumamente importante en la vida de una mujer.

La alimentación es sumamente importante, mucho antes de la concepción hay que establecer una alimentación densa en nutrientes y no descuidar el tema del agua, tomar agua de calidad es fundamental.

ALIMENTACIÓN DURANTE EL EMBARAZO

Si observamos la mayoría de dietas recomendadas para mujeres embarazadas, solo son un copia y pega de dietas altas en carbohidratos con muchas marcas de alimentos procesados detrás.

Vamos a pensar un momento, hoy los problemas para la fertilidad y las dificultades para dar luz están a la orden del día cuando hace unas décadas no era así y con todos los medios sanitarios que ahora tenemos y antes no existían… ¿Y si lo que está fallando (entre otros factores es la alimentación? Yo creo que si, de hecho veo cada día como variaciones en la alimentación provocan cambios espectaculares en la salud incluyendo remisión de enfermedades autoinmunes que se pensaba iban a ser de por vida.

Ya he dicho que una alimentación saludable libre de procesados, azúcares, envasados, etc. debe ser el objetivo de cualquier persona a la edad más temprana posible. En el caso de la mujer, si no lo hace ya debería empezar como mínimo de 1 a 3 años antes de quedarse embarazada para tener un organismo sano, limpio y preparado para dar la mejor bienvenida a su bebé.

Si miramos hacía atrás, nuestras abuelas y bisabuelas cuando estaban embarazadas procuraban tener una dieta alta en alimentos de origen animal, que contienen las fuentes más biodisponibles de vitaminas solubles en grasa, vitaminas solubles en agua y minerales traza, y baja en carbohidratos. Hígado de animales de pasto, proteínas de calidad, granos integrales debidamente tratados (remojar los granos toda la noche, fermentarlos...) , vegetales y carne magra, colina, glicina, ácidos grasos omega-3 DHA, vitamina K2, zinc, hierro, son esenciales durante el embarazo.

Si se plantea un embarazo vegano o vegetariano estricto debería pararse a pensar muy seriamente sobre las necesidades nutricionales necesarias para tener un bebé sano y fuerte. Piense que decidir ser vegana o vegetariana es una decisión consciente que se toma con uso de razón y por voluntad propia, en ningún caso puede imponerse a un feto/bebé que necesita la mayor cantidad posible de micronutrientes, vitaminas y minerales para su óptimo desarrollo, ya tomará él esa decisión más adelante. Por otro lado, consumir productos animales no está reñido con ser consciente y empático. Busque ganaderos y productores éticos.

Además, una alimentación solo de vegetales también plantea algunos problemas, muchos contienen sustancias químicas de defensa (oxalatos que se encuentran en la espinaca y la soja, isotiocianatos que se encuentran en las verduras crucíferas) que son directamente dañinos para los humanos o perjudican la absorción de micronutrientes cuando se consumen en grandes cantidades.

No quiere decir que las plantas no se puedan comer de manera segura o que deba evitar por completo las verduras durante el embarazo, si le gustan y no tiene una enfermedad autoinmune grave, adelante.

Si está comiendo vegetales, tenga en cuenta su preparación para desactivar sus toxinas, esto se consigue generalmente cocinándolos o fermentándolos.

Obesidad y disfunción metabólica

Cada día hay más mujeres embarazadas con sobrepeso u obesidad. Esto es una consecuencia directa de la dieta actual rica en alimentos ultraprocesados como aceites de semillas, granos refinados, azúcar y calorías líquidas como refrescos y jugos.

La obesidad materna se asocia con una variedad de trastornos del embarazo como diabetes gestacional, hipertensión gestacional, preeclampsia y eventos tromboembólicos.

La diabetes gestacional es un estado de resistencia a la insulina y una disfunción metabólica inducida temporalmente (o desenmascarada) por el embarazo.

La diabetes gestacional está asociada con mayores riesgos de malformaciones fetales, macrosomía fetal y lesiones de parto como distocia de hombros. Ser diabética durante el embarazo también confiere un legado epigenético que predispone a su hijo a ser obeso y diabético.

Ginecólogo y nutrición

Por regla general hay un gran desconocimiento de la nutrición por parte de los médicos y el enfoque obstétrico convencional de la nutrición es muy reduccionista. El obstetra y ginecólogo suelen darse por satisfechos si hay una deficiencia sérica manifiesta de vitamina B12, folato, hierro y vitamina D para recomendar suplementos nutracéuticos.

No contemplan la reposición de nutrientes a través de los alimentos, es mucho más fácil y cómodo recurrir a cápsulas de suplementos que no sustituyen las fuentes de alimentos, que contienen numerosos cofactores y otros sustratos que ayudan a la absorción de los nutrientes necesarios.

Se suele recomendar con bastante ligereza el consumo de carbohidratos y hay un fuerte interés en el uso de insulina en lugar de planificar estrategias efectivas bajas en carbohidratos.

Algunos consejos prácticos:

• Limite los carbohidratos si tiene diabetes gestacional, obesidad o antecedentes familiares importantes.

• Añada a su dieta vísceras, particularmente corazón e hígado de animales de pasto.

• Añada una fuente de vitamina K2: mantequilla orgánica alimentada con pasto, hígado, quesos duros.

• Tome caldo de huesos (al menos una taza cada día) para obtener colágeno y glicina altamente biodisponibles.

• Busque productores y ganaderos éticos y compre orgánico siempre que sea posible.

• Instale en su casa un buen sistema de filtrado de agua para beber y lavarse (la piel absorbe tóxicos).

• Evite toxinas como aluminio, flúor, BPA, etc.

Todo esto es necesario para preparar el cuerpo femenino para el embarazo y hacer crecer un bebé saludable sin procesados que son causa de disfunción metabólica.

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