Chaga, el hongo que previene y combate el cáncer

El Chaga (Inonotus obliquus) es un hongo medicinal que se ha utilizado tradicionalmente en países del este de Europa y Asia para tratar diversas enfermedades, como el cáncer, la gastritis, la diabetes y la hipertensión. Tiene una gran variedad y cantidad de polisacáridos, fenoles, terpenos y otros compuestos bioactivos que le confieren propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, inmunomoduladoras, antitumorales y antivirales.

La evidencia científica del Chaga y su aplicación a la práctica clínica se basa en estudios realizados desde el siglo XX, tanto in vitro como in vivo, que han demostrado sus efectos beneficiosos sobre diferentes tipos de células cancerosas, el sistema inmunitario, el metabolismo, el hígado, el sistema nervioso y el microbioma intestinal. 

El análisis micoquímico del Chaga que demuestra la mayor capacidad antioxidante en un hongo medicinal se realizó comparando los extractos de Chaga con los de otros hongos comestibles y medicinales, como el Reishi, el Shiitake, el Maitake y el Cordyceps. Se utilizaron diferentes métodos para medir la actividad antioxidante, como el ensayo de DPPH, el ensayo de ABTS, el ensayo de FRAP y el ensayo de ORAC. Los resultados mostraron que el Chaga tenía la mayor actividad antioxidante en todos los métodos, superando a los demás hongos. Esto se debe a su alto contenido en melanina, un pigmento que le da su color oscuro y que tiene propiedades quelantes de metales, captadoras de radicales libres y protectoras del ADN.

Las recomendaciones de IMMA (Integrative Mycomedicine Association) para detectar un nutracéutico a base de Chaga de alta calidad son las siguientes:

• Que tenga certificación ecológica europea, que garantiza que el hongo se ha cultivado o recolectado de forma sostenible y sin contaminantes.
• Que tenga certificados de calidad, como el GMP, el gluten free, el lactose free o el vegan, que aseguran que el producto cumple con los estándares de excelencia farmacéutica y que no contiene ingredientes artificiales o alérgenos.
• Que tenga una trazabilidad del producto, que incluya controles analíticos de las materias primas y del producto final, que verifiquen que no hay presencia de toxinas o metales pesados.
• Que tenga una concentración máxima de biomoléculas activas del hongo, como los beta-glucanos y los terpenos, que se indique en el envase la composición y la cantidad de los compuestos bioactivos y que se estandaricen los niveles de los mismos.
• Que tenga una bio-disponibilidad de los ingredientes activos, que se eviten los micro-gránulos o las tabletas, que se utilicen cápsulas vegetales de celulosa y que se envasen en vidrio reciclable.
• Que tenga evidencia científica, que se apoye en ensayos clínicos, estudios científicos y casos clínicos que avalen la eficacia y la seguridad del producto.

Si quieren apoyar mi labor pueden COMPARTIR ESTE ARTÍCULO

/ SUSCRIBIRSE A MI COMUNIDAD DE PATREON / COMPRAR

ALGUNO DE MIS LIBROS y SUSCRIBIRSE AL BLOG 

¡Muchas gracias y recuerden que les quiero sanos!